sábado, 21 de enero de 2017

Libertad a los presos/as políticos/as de Turquía

Fuente newrozeuskalkurduelkartea

No pasa un día en Turquía sin que se produzcan nuevas detenciones a tenor de los actuales expedientes de investigación, diligencias que  siempre giran en torno a los mismos cargos, cosecha de la actual ley contra el “terrorismo”. El principio es muy simple. Se toman uno o dos artículos de la ley, y se agrupa toda la evidencia obtenida del sospechoso para buscar su detención. Se agarran a todo, desde un “dijo que…”, “escribió que….”, “se interesó o quiso saber sobre…”  Todo vale.  Pese al debilitamiento del sistema judicial provocado por las purgas de julio de 2016, la policía obtiene, empaqueta y entrega a la fiscalía cientos de dosieres e informes debidamente clasificados bajo el epígrafe de “actividad terrorista”. Cada caso conocido gracias a la labor de algunos pocos medios independientes que quedan en Turquía, es un corta y pega del anterior. Cuando esta ley fue propuesta y aprobada, el HDP, la oposición democrática junto a unos pocos kemalistas, analizaron y auguraron las consecuencias de este golpe de estado civil.   La represión se convirtió en legítima, incluso el genocidio político de toda la oposición.   En julio Erdogan recibió su “regalo del cielo” que oportunamente aprovechó para realizar un llamamiento a la unidad nacional para defender “la unidad de la nación turca y su democracia. Así funciona la democracia en Turquía o no?    Desde entonces, la Asamblea dispone de mayoría para realizar el proyecto de reforma constitucional que permitirá colocar el turbante en la cabeza de su Sultán para el 2023. (Leer todo)

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