domingo, 10 de abril de 2016

El negocio de las minas antipersonales y Hoshyar Ali


Fuente: Kurdiscat

La utilización de armas químicas merece muchas veces el repudio internacional, sin embargo no sucede lo mismos con las minas antipersonales, siendo que en la mayoría de los conflictos bélicos cuatro de cada cinco víctimas se producen debido a estos artefactos.
La fabricación de minas es un negocio altamente lucrativo que involucra a compañías en distintos países, entre ellos el estado español, que durante 2011 llegó a ser el más importante vendedor de estos productos en el mundo, actualmente es el séptimo.  En 2013 los españoles facturaron por estas la friolera de 4.000 millones de Euros. El banco BBVA es una de las instituciones crediticias que más gana financiando a los productores de minas, mientras que la empresa estadounidense Textron se ha convertido en líder del sector.
Esta compañía, que produce todo tipo de armas, tiene clientes en países muy diversos, como India, Arabia Saudita y China, que después revenden muchas de estas en el mercado de Medio Oriente, donde gran parte de las mismas son utilizadas contra los kurdos de Siria e Iraq.  El kurdo Hoshyar Ali (foto) dedicó gran parte de su vida a desactivarlas. Con 53 años cumplidos, hace más de 27 que cumple con esta función, habiendo inutilizado decenas de miles. Durante la guerra de Irán e Iraq en 1989 perdió una pierna y en 1994 la segunda en la zona de Halabja, cerca de la frontera con Irán. 

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